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lunes, marzo 8

Primer aniversario en Tierra Mestiza


17 de noviembre de 2009


Lo que empezó como una propuesta espontánea para hacer algo en un lugar que combinaba la oferta cultural con la sanación, dio pie a una primera lectura dramatizada de una adaptación de Doris Camarena a la leyenda de La Llorona, y que nos volvió a reunir con los Mandrágoros para actuar aquí hace un año.
A partir de ahí la invitación del Dr. Pastor quedó abierta para proponer más cosas. De inmediato respondí pidiendo una hora a la semana ¿Para qué? Lo natural sería que para leer mis poemas y cantar mis canciones, como lo había hecho esporádicamente en otros lugares y por otros motivos. Así fue como empecé. Realmente, ya no recuerdo en qué momento surgió la epifanía esta que convirtió 60 minutos de incertidumbre en 1 hora de magia.
Creo que mucho se lo debo al título que oí. Digo que lo oí, porque desde un principio supe que tenía que llamar de alguna forma a ese espacio-tiempo y debía sonar así como "jardinería y opciones", algo orgánico y diverso. Pero el oído poético luego no está bien afinado y fue hasta que repasando los poemas de Sabines, -pues recordaba que él tenía un título con ese ritmo-, encontré Juguetería y Canciones. Y qué sorpresa me llevé al descubrir que entre sus líneas estaba la de “pensar es hacer burbujas con el corazón ahogándose”. Qué belleza de frase. De inmediato la adopté (eufemismo de plagio) acatando la lección de Neruda quien dice que la poesía no es de quien la escribe, sino de quien la necesita. Se abrió entonces todo un horizonte de posibilidades creativas donde cabía, prácticamente, todo.

Luego se me ocurrió que el formato tendría que ser algo tan asimilado como el lenguaje de la televisión, pero como sería imposible transmitir no me quedó otra cosa más que hacer del defecto una virtud y cacarear el huevo. Sin querer me estaba proponiendo hacer una crítica a la cultura mediática, reproduciéndola en condiciones totalmente arbitrarias, con la libertad de los no patrocinadores, los no anunciantes, ni las acotadoras líneas editoriales que pudieron haber convertido este espacio en un producto más de la industria del entretenimiento. Y no hay algo de lo que huya tanto como del concepto entretener. Por el contrario la propuesta de hacer un programa de no televisión -cosa muy distinta a no hacer un programa de t.v. (Esto no es una pipa, magritt dixit) , exige desde el principio un compromiso al juego por parte del público y una disposición especial para crear juntos.

Esta tertulia postmediática ha evolucionado a lo largo de 53 semanas que han sido suficientes para sellar una profunda camaradería entre el equipo de tierra mestiza, ustedes y un servidor. Al grado de comprender que sobre la estructura planteada, mi papel de conductor consiste en hilvanar las imágenes, ideas y retazos de emociones que el movimiento colectivo provoca, porque en realidad el programa lo hacen ustedes. Con la buena disposición de Daniel Pastor, nuestro palomero más constante y que siempre escoge buenos temas musicales para empezar y terminar; Wendy Reyes, que a pesar de su aparente timidez, sabe muy bien lo que quiere cuando pide que juguemos pictionary. Con la hospitalidad apapachadora de Ricardo Pastor quien de vez en cuando llega con un costal de juguetes hallados en las catacumbas de la ciudad para presumir de su transferida vocación de salvar vidas humanas para componer juguetes jubilados. Con el afecto amistoso de la Sra. Elenita y e Sr. Gabriel Huesca quienes respondieron tan bien a la propuesta colectiva de hacer una Lotería Mestiza; con la esporádica y tumultuaria presencia de los estudiantes de gastronomía que nos han heredado un claquetero polifónico, y acuñaron el término COGNITÓN para denominar la unidad de medida que vence a la ignorancia, y han engrosado la lista de preguntas sui generis del maratón mestizo; y con la incorporación de talentos tan valiosos como el de Blanca Roth, que ha traído su poesía y su incesante pasión por descubrir el mundo; el trío Saudades con anís, que en su efímera conformación atinó a esparcir su melancolía en estos micrófonos; Tere Martínez, que a partir de esta idea retomó la antigua vocación del canto y el amor a su micrófono chillón; Tessa Uribe, que pasó cometísticamente e impregnó dos, tres poemas con su voz sensual y su amistad exiliada; Hugo Mendoza y la primicia de su revista El Golem; Ricardo Bernal y Doris Camarena, editores de la revista La Mandrágora, quienes haciendo gala de su amistad, aceptaron hacer un programa, prácticamente, sin público, pero con el convencimiento de que estaban contribuyendo a crear el campo magnético que hoy nos atrae a todos; Itzeel Reyes y Enrique Layna, escritores, entrañables amigos, también que compartieron sus textos y nos mostraron la intimidad de sus juguetes favoritos; Fernando Salazar, el conde, poeta que nos vino a sacudir los paradigmas filosóficos entre café y café; Adriana Tafoya y Andrés Cardo, quienes con su avasallante aura urbana, trajeron la voz desgarrada de Versodestierro y nos mostraron también sus muñequitos Gore; Alonso Rodríguez, fotógrafo, quien a través de su lente nos sumergió en un nido de tiburones; la oportuna presencia del Tigre famélico que por poco y se va de largo con la recitación completa de Cien años de soledad y nos come el programa; Elizabeth, quien apenas hace ocho días nos regaló un cuento de brujas. Y como ellos tú, y tú que han aportado sus temas de debate, sus opiniones, inquietudes, sonrisas y conocimientos. Los más recientes Gloria Rodríguez, con su intensa poesía llena de imágenes imposibles, anzuelos de otra realidad ; Eduardo Romo, escultor que metichea en las letras para conversar ¿con dios?, la promesa de Rebeca Mingo, y la propuesta estridentista de Rogelio Nobara y su banda Irradiador.

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